El cáncer de mama detectado en su etapa inicial, tiene altas probabilidades de curación. Por ello, es importante realizar los controles y exámenes específicos.

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer, re-presentando el 31% de todos los tumores de la población femenina. Se estima que una de cada ocho mujeres que alcancen la edad de 85 años habrá desarrollado un cáncer de mama en el curso de su vida.

La incidencia se ha incrementado en forma relativa en los últimos años, debido a la difusión de la mamografía, pero también debido a los cambios en los hábitos de vida, reproductivos y otros factores.

El cáncer de mama ocupa el primer lugar entre las causas de muerte por cáncer en la mujer adulta. Aunque la información sobre morbilidad es escasa, se estima que en Argentina ocurren entre 10.500 y 21.000 nuevos casos de cáncer de mama por año.

El camino es siempre el de la prevención

Prevención primaria:
Funciona a nivel del conjunto de recomendaciones que pueden influir y derivar en un estilo de vida saludable: dieta con bajo contenido de lípidos, aumento de la actividad física, evitar el tabaquismo, lactancia materna.

Prevención secundaria:
En la actualidad, la herramienta más efectiva para lograr la reducción de la mortalidad generada por el cáncer de mama es el diagnóstico precoz a través del estudio de la mujer asintomática en estadios iniciales.
Los beneficios de realizar una mamografía han sido demostrados en numerosos estudios desde mediados de los años 80 a la fecha. En dichos estudios se ve una reducción del índice de mortalidad por cáncer de mama en por lo menos un 25%. Esto quedó de manifiesto en la población de 50 años o más, y en los últimos años, gran parte de las sociedades científicas internacionales recomiendan comenzar el control mamográfico a partir de los 40 años en forma anual.

Conociendo los factores que acrecientan el riesgo:
Los factores de riesgo más importantes para el cáncer de mama son el sexo femenino y la edad. Es importante señalar que la mayoría de las mujeres que lo sufren no tienen factores de riesgo identificables.

Factores de riesgo asociados:
. Historia familiar: Los familiares en primer grado con cáncer de mama triplican las posibilidades de padecer el mismo cáncer, sobre todo si se ha diagnosticado en edad premenopáusica; la presencia de cáncer de mama en familiares de 2º grado también aumenta el riesgo. Aproximadamente el 8% de todos los casos de cáncer de mama son hereditarios.

. Historia personal: Las enfermedades benignas de la mama como las lesiones proliferativas no atípicas, la hiperplasia atípica, el carcinoma de mama previo, y el carcinoma de endometrio son también factores de riesgo.

Además, el riesgo de cáncer de mama está en relación con el estímulo estrogénico y un mayor número de ciclos ovulatorios, por tanto la menarca precoz (antes de los 12 años), la menopausia tardía (después de los 55) y la nuliparidad o un menor número de embarazos aumentarían el riesgo de cáncer de mama.

El uso de estrógenos o de combinaciones de estrógenos y progestágenos durante más de 5 años se considera factor de riesgo.

. Hábitos: Hay indicadores que se correlacionan con variaciones en la dieta, especialmente ligados al consumo de alcohol y grasas. Se está estudiando la posible asociación con exposición química, radioterapia, alcohol, obesidad e inactividad física.

Las herramientas preventivas

Factores protectores:
La multiparidad, primer embarazo antes de los 30 años, lactancia, ovariectomía premenopáusica, ejercicio físico en mujeres jóvenes, consumo de frutas y vegetales.

Autoexamen mamario:
A partir de los 20 años, las mujeres pueden comenzar a realizarse su autoexamen mamario una vez por mes. El mejor momento para realizarlo es al 3er ó 4to día posterior a la menstruación. Las mujeres en menopausia deben realizarlo una vez por mes.

Examen clínico mamario:
Anualmente por médico especialista, a partir de los 30 años.

Examen mamográfico:
Se debería efectuar una mamografía de base a partir de los 35 años, y se debe realizar una por año a partir de los 40 años, en mujeres asintomáticas y sin antecedentes familiares de cáncer de mama. En casos de poseer antecedentes familiares, especialmente si los familiares presentaron la enfermedad antes de los 50 años, los estudios mamográficos deberían comenzar 10 años antes de la edad de presentación del caso en cuestión.

Ecografía mamaria:
Es un estudio complementario a la mamografía. El mismo debe efectuarse guiado por la clínica o la mamografía. Es un método útil para las mujeres premenopáusicas con sintomatología mamaria, ideal para evaluar lesiones quísticas, en mujeres embarazadas o en período de lactancia.
Es de especial utilidad en mamas mamográficamente densas, complementando y disminuyendo los falsos negativos de la mamografía.

Resonancia magnética:
No es una técnica de primera indicación y su empleo debe quedar para los casos en que los estudios previos no sean concluyentes.

Si estás interesada en conocer más sobre este tema, te invitamos a concurrir al seminario "Prevención de enfermedades mamarias", que brindaremos en el mes de octubre.

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